Un americano en Canarias
Este título se dibujó en mi mente al coincidir con el Sr. Murray el pasado sábado. No porque existiera semejanza alguna con aquel laureado film de 1950 ("Un americano en París", Vincente Minnelli, Gene Kelly…), sino por la singularidad de la ocasión.
Disfrutando de las Fiestas de la Rama en Fontanales, Gran Canaria, me encontré al Sr. Murray que, instalado en una calle cercana a la iglesia, pintaba animadamente lo que sería una nueva obra. Muchas personas se acercaban a él, curiosas por lo que hacía, pero este señor continuaba en su quehacer al tiempo que conversaba con los transeúntes y curiosos con fluido español, pincelado con modismos y expresiones canarias.
Este californiano afincado en Canarias por venturas de la vida (los detalles de la historia que los cuente él) ha montado una galería con sus obras en el propio Fontanales (http://www.murray2.com/). El Sr. Robert C. Murray es un artista, un pintor de singular estilo, paisajista, un plástico también de la naturaleza muerta, que sorprende por su naturalismo, manejo exquisito de los colores y expresividad de sus obras.
A su talento une una cualidad que es de admirar: su respeto por las costumbres y valores autóctonos y su completa integración en la sociedad canaria. Tal vez esto haya contribuido a que su obra recree, de manera auténtica y enriquecida, la belleza, realidad y particularidad de las islas.
Si el precio del petróleo me lo permite, intentaré adquirir una de sus obras. Pero en todo caso confieso que me complace haber conocido al artista y a su obra, y saber que hay personas de otras latitudes que saben dar el ejemplo en la tierra que las acoge y con ello observar aquella sabia frase que versa "Animum debes mutare non coelum" (1).
Un reportaje televisivo sobre el pintor y su obra puede encontrarse en este link.
(1) "…pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y de costumbres…" (Lucio Anneo Séneca)
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