¡Más empleados para las oficinas bancarias!
Nos hemos acostumbrado a esperar, a hacer nuestra fila y esperar. Esperar que por fin nos atienda un empleado de la ventanilla del banco a donde vamos a depositar o retirar nuestro dinero o hacer cualquier otra diligencia. "Voy al banco, dentro de una hora regresaré", es un buen anuncio si nos disponemos a hacer personalmente cualquier operación con nuestro banco.
La llegada de las tarjetas y los cajeros automáticos y, luego, la banca on-line han significado avances notables para agilizar nuestras gestiones. Pero antes de esos cajeros e Internet hacíamos filas, y ahora que hay banca on-line y más cajeros seguimos haciendo filas y perdiendo mucho tiempo.
Es un hecho muy conocido que los bancos españoles son destacados por sus altísimos beneficios. Beneficios que seguramente se han incrementado aún más con las mencionadas innovaciones. Y también con la disminución de su personal, desproporcial respecto aumento de sus oficinas, sin contar con los precarios contratos que hacen a quienes emplean.
No se cuantas oficinas bancarias hay en España, no me extrañaría que fueran más de cinco mil. Si como promedio incrementaran dos empleados por oficina, no solo para atender al público sino para hacer su promoción y comercialización (sería un nuevo tema referirnos al precario sistema de agentes que utilizan los bancos), ya serían más de 10 mil nuevos puestos de trabajo a los que accederían otros tantos jóvenes licenciados universatarios que están trabajando como camareros, oficiales y hasta de cuidadores de personas mayores.
La administración, las organizaciones de consumidores y las autoridades laborales, debieran exigir a los bancos mayor calidad en la atención a los usuarios, digna de un país europeo y desarrollado.
Recuerdo que hace unos cuantos años acudí a una oficina bancaria del Banco Itaú en Brasil (no se si habrá desaparecido y ya fue absorbido por algún banco europeo) y me llamó la atención la cantidad de ventanillas disponibles para atender a los usuarios, y todas tenían dos o tres personas en fila. ¡Y no tenían ordenadores! Hacían operaciones de todo tipo, cambio de efectos, cambios de moneda, depósitos, extracciones, transferencias de fondos, etc. y la espera era soportable.
Para las altísimas comisiones y gastos que cargan los bancos a nuestras cuentas (con la anuencia del Banco Central), es para que el servicio fuera medianamente bueno. Por eso creemos que es abusiva la situación actual y que puede mejorarse rápida y sensiblemente con solo dar empleo a las personas que sean necesarias para el servicio.
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