EL REGRESO
EL REGRESO
Argimiro lo estuvo pensando mucho tiempo. Finalmente se decidió, hizo sus trámites; preocupado por supuesto, pensando si su salida ilegal le acarrearía problemas; pero para sorpresa suya nadie se inquietó por ello. Parecía que aquella conducta tan criticada y perseguida en la época en que ocurrió, había pasado a ser un evento tan trivial, que a pesar de la manipulación que ambos bandos utilizaban para sus fines políticos, la gente común y corriente, que no tenía aspiraciones en ese terreno, que vivía de su trabajo y añoraba volver a sus umbrales, no encontraba grandes dificultades para realizarlo. Los recalcitrantes de allá, podían verlo, a través de su estrecho prisma, como la aceptación de una tregua, como el abandono de una tendencia radical, mediatizada por la añoranza de sus orígenes y los del otro bando, pensarían si se arrepintió, sé auto censuró, rectificó y reconoció los errores que lo condujeron a su decisión.